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Las entrevistas laborales: ¿cómo entrevistar y cómo ser entrevistado?

Las entrevistas laborales son, ante todo, un encuentro; más bien, un encontronazo. Un ejercicio de poder donde uno finge mientras el otro simula inocencia.

Como cualquier encontronazo social, las entrevistas laborales son una puesta en escena, un puro teatro donde tanto el entrevistador como el entrevistado representan un personaje exagerado de sí mismos. Si la entrevista dura 15, 20, 30 minutos, uno no tiene más remedio que exagerar su personalidad para hacerla visible. Fingir, pretender, dramatizar ciertas conductas, ciertos guiños, todo con el objetivo de sintetizar la propia personalidad. Una estrategia, pura manipulación. Un ejercicio de poder.

Y no digo que uno sea un oportunista sin escrúpulos que busca congraciarse con el de enfrente; más bien, sí digo que es eso, pero no que esté moralmente mal. La clave del poder está en la teatralidad, en la representación de una hazaña. Tratando de descifrar al otro, las entrevistas laborales representan un conflicto de poder; son un juego en la incertidumbre.
 

¿Cómo entrevistar?

Ten clara la pesquisa. ¿Exactamente qué quieres saber del entrevistado? Decide el valor más importante (lealtad, honestidad, entusiasmo, creatividad, humor) y búscalo de forma incisiva.

Sácalo de contexto. Pásale el CV de otro candidato y dile que te dé una opinión, pregúntale sobre sus últimas vacaciones o, mejor, pregúntale si es alcohólico. Fíjate en su reacción, no tanto en la respuesta.

Investígalo. Si algo nos ha dado el Facebook es que podemos conocer a alguien sin siquiera haberlo visto. Investiga previamente al candidato, trata de estar un paso adelante; ten el poder –sólo el poder– de doblegarlo.

Enfócate en el temperamento. Las habilidades y la experiencia profesional no se descubren en una entrevista. Eso lo resuelve su portafolio o las pruebas de Recursos Humanos. Tú enfócate en el temperamento, en el humor, en la conducta.

Sé sincero. Es un juego de poder, sí, pero un juego al fin y al cabo. Haz que se dé cuenta que tú te estás dando cuenta que todo es puro teatro. No hay nada más revelador que un juego de mentiras.

Sé simpático. Haz que el candidato se sienta bien, que se lleve un buen sabor de boca. Considera que las entrevistas son también actos promocionales, acciones de relaciones públicas.
 

¿Indeciso?

Si tienes a dos finalistas y no sabes por cual decidirte, contrata al que sepa escribir. Quien sabe escribir sabe articular, y quien sabe articular sabe pensar. Siempre resultará lógico contratar a alguien que sabe pensar.
 

¿Cómo ser entrevistado?

¿Estás del otro lado del escritorio? ¿Te quieres cambiar de trabajo? Considera estos consejos para salir triunfante y con la dignidad intacta de una entrevista laboral:

Sé puntual. El dicho «al que madruga Dios le ayuda» es totalmente falso: ya quiero ver qué persona se lleva una buena impresión de alguien que madrugó y llegó media hora antes a la entrevista. La puntualidad no se trata de llegar 15, 10, 5 minutos antes; no, se trata de llegar justo a tiempo. Si llegaste antes, espera en el auto o escóndete donde puedas.

Sé puntual. Sí, vale la pena repetir este consejo, pues la puntualidad no sólo aplica para el manejo del tiempo. Por ejemplo, también hay que ser puntual con el lenguaje y con la vestimenta: no hables con metáforas si vas al departamento de ventas, no te vistas de traje para un puesto de 15 mil pesos, no le des un apretón de manos muy fuerte a una mujer, no hables de Twitter con el obispo, no lleves tu iPad a una oficina de gobierno.

Prepara el discurso. No te memorices lo que vas a decir, pero sí traza la actitud y las motivaciones de tu personaje. Hazlo como si construyeras el personaje de una novela: «mi yo de la entrevista tendrá estas características, este pasado, estos sueños». Prepara analogías que sirvan para describirte, crea imágenes que te ayuden a definirte. Construye muy bien a tu personaje, eso te ayudará a dar respuestas claras y asertivas.

No digas mentiras. Puedes esconder información, exagerar ciertas cualidades, darle la vuelta a ciertos defectos, pero decir mentiras simplemente no conviene. Podrá sonar muy interesante decir algo como «me gusta leer», pero suena mucho mejor –y es mucho más pretensioso– decir algo como «me gusta ser interesante». Acto seguido, encuentra y analiza tus verdaderos intereses, y no te preocupes si resultan banales, pues siempre es posible hacer incluso metafísica del peltre.

Investiga. Haz tu tarea: antes de la entrevista entra al sitio web de la empresa, facebookea a quien te va a entrevistar, investiga sobre sus intereses y obsesiones o simplemente ve sus fotos. Conocer aunque sea un poco al entrevistador ayuda mucho; imagínate que quien te entrevista es alguien abismalmente sexy, te pondrías tan nervioso que comenzarías a tartamudear. Mejor tartamudea un día antes en Facebook y llega a la entrevista con el sexo superado.

Sé amable y considerado. Obviamente serás amable con el entrevistador, pero considera también que en una empresa hay secretarias, guardias de seguridad y posibles futuros compañeros que podrían tener una gran influencia sobre el que te va a contratar. Haz algo para que la secretaria le diga al jefe «ese último que pasó me pareció muy lindo y simpático».

No hables mal. Seguramente te preguntarán sobre tu pasado laboral; no critiques a tu antiguo jefe, no hables mal de tu trabajo actual. Busca razonamientos positivos, que no te perciban como alguien negativo.

Subraya el valor decisivo. Todos los trabajos tienen un valor decisivo, crucial. Los diseñadores deben ser estéticos; los contadores, organizados; los abogados, persuasivos; los vendedores, engatusadores; los directivos, visionarios. Encuentra este valor crucial y subráyalo en tu personalidad.

Pregunta qué paso sigue. Muchas veces la entrevista resulta genial: respondiste de forma inteligente, presumiste de forma digna tus cualidades, cayeron bien tus defectos y hasta fuiste simpático: causaste una buena impresión. Todo bien, te fuiste a tu casa satisfecho con la entrevista, pero olvidaste preguntar ¿qué sigue después? No te obsesiones con las batallas; ten siempre en cuenta la guerra completa.
 


Por último, dos cosas que encontramos por ahí: las cinco canciones que debes escuchar antes de una entrevista laboral y las cinco cualidades que debes de tener para un trabajo creativo.
 


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