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Imagen © Harvey Nichols Andrew Jolly

15 tips para ser un mejor lector de literatura

Advertencia: éste es un plagio.

  1. No pasa nada si no te gusta leer. Puedes entonces elegir ser un mejor espectador de telenovelas, un mejor corredor de maratones, un mejor coleccionador de filatelia. No hard feelings.
  2. Si te gusta leer pero no te gusta leer literatura, tampoco pasa nada. Si lo tuyo son los libros que predicen cómo estará el mundo en cien años, o cómo motivarte en la vida, de una vez te digo que creo, de ya, que eres un irremediable entusiasta. Bien por ti.
  3. Si te gusta leer literatura pero no sabes qué leer, no te preocupes: nadie sabe. Por eso se inventaron los posgrados en Literatura, para no tener que pensar en la lista de libros que es imprescindible que leas y alguien te ayude con eso. Si hacer un playlist es difícil, imagínate hacer una lista de obras por leer.
  4. ¿Te quieres aventurar a hacer tu lista propia y detestas que todos te sugieran qué incluir? No te preocupes, no les hagas caso, porque muy probablemente ellos tampoco te harán caso a ti.
  5. Hay varias técnicas que funcionan para seleccionar obras, pero tienes que encontrar la tuya. Conozco gente que empezó a leer autores con la misma letra del apellido. No auguro éxito si comienzas con la Ñ, ni con la I. Prueba con consonantes comunes en el idioma en el que leas: S, si es en español; D, si es en francés; M, si es en inglés. La Z se desaconseja en todos los idiomas (bueno, si ya leíste a Stephan Zweig, ni modo).
  6. Leer resúmenes –como ya he dicho en otra parte– sí te da muchos temas de conversación, pero no te ejercita ese órgano que dice Nabokov que se usa cuando uno lee y que debe estar situado, creo, por donde está el esternón. Tú elige: si lo que quieres es éxito social, go ahead con los resúmenes.
  7. Bueno, ya que mencioné el tema de los resúmenes, te advierto que creo que leer una obra completa es algo así como caminar, deambular, andar en bicicleta o visitar una tía que te cae verdaderamente bien. Leer resúmenes es correr, teletransportarte como en Star Trek o ir al súper. Leer a veces sí es esfumarte, eso es cierto, pero eso es materia de otro post, no de éste.
  8. Imita. Nunca falla.
  9. Si crees que eres un big failure porque te gusta un autor que nadie conoce, ni te preocupes, porque eso no significa nada. El problema es que aplica justo para lo opuesto: si te gusta un autor que a todo el mundo le gusta, eso tampoco significa nada.
  10. Desconfía de los libros que tienen una dedicatoria que comienza con la frase «Dedico este libro a…».
  11. Para orientarte, en términos generales, normalmente los libros de más de 500 páginas son: a) una tesis doctoral tan culta que ese libro lo tomaste de un estante olvidado de una biblioteca olvidada; b) la biblia; c) un hitazo de novela policíaca o de vampiros del que todos hablan; d) todas las anteriores.
  12. Desconfía también de los libros que están contenidos en una antología cuyo título contenga cualquiera de las siguientes palabras en cualquiera de sus posibles combinaciones: 100 mejores, joyas de la literatura, poesías, inigualable, romance, creativo, revolucionario, paranormal… Creo que ya te diste una idea.
  13. Lee reseñas. Quizás nunca compres ninguno de esos libros reseñados, pero en una de esas te topas con el reseñista y con eso compruebas si es un resentido social o un erudito incomprendido.
  14. Analiza editoriales. Las hay muy consistentes; con esas vas a la segura, casi siempre. Digo lo de casi, porque ya sé que es imposible que Siruela tenga algo desconsolador, pero explíquenme qué chiflados hace Carmen Boullosa ahí.
  15. Compra libros. Son buena compañía. Aunque no los leas. Un buen día te encuentras varado en la ridiculez de un marzo o en la soledad de un octubre y qué tal que tomas uno de esos libros y te sorprende. Leer, dijo alguien, no es un medio para algo. Es nada y es algo. Yo digo que compres libros, aunque sea a ciegas. En una de esas, terminas gritando «milagro, milagro, he visto algo». Y te conviertes en un gran lector de literatura.

 


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