Diseñar es agarrar algo enredado, verlo, analizarlo, mezclarlo, editarlo, voltearlo de cabeza y convertirlo en algo digerible.
~Begoña Barinagarrementeria
El propósito del diseño es responder a una necesidad mediante la creación; el modo en que se responde determina una forma, el aspecto de esta forma es la estética. En el entendimiento popular, el diseño es únicamente estética para el deleite. En realidad la estética es como la cara de una persona: es una expresión de todo lo que es y que no está expuesto a simple vista. Y la estética no es sinónimo de belleza o encanto; a mí se me hace más interesante mirar la cara de Mickey Rourke que la de Madonna. La pregunta que lo lleva a uno a convertirse en diseñador es: ¿por qué las cosas son como son?, ¿por qué la pata de una mesa Luis XV es curva?, ¿por qué las pantallas de cine son más anchas que las televisiones?, ¿por qué las letras de los libros siempre tienen patines y las de las señales de tránsito no?.
~Héctor Muñoz Huerta
Cada día hay más oferta laboral en el Bajío para los diseñadores gráficos e industriales; distintas empresas e instituciones valoran cada vez más el trabajo que hacen los diseñadores; cada semestre se incrementan el número de escuelas y universidades que ofrecen cursos, diplomados y licenciaturas de diseño gráfico e industrial; cada día hay más tiendas, galerías y exposiciones de diseño en las distintas ciudades de Querétaro y Guanajuato. Un diseñador podrá ser (muy) poco valorado y su trabajo poco remunerado, pero por lo menos se está discutiendo el tema. Quizá no es el diseño como disciplina lo que está de moda, pero sí la conversación en torno al diseño. El diseño está presente en gran parte de nuestras conversaciones y actividades, quizá de forma superficial y vana, pero está. En el centro de México, la discusión en torno al diseño es latente y creciente.
El diseño en México, me parece, pasa por un momento histórico importante, y la región del Bajío tiene mucho que aportar; estoy seguro que en los próximos años será una región latente. La clave será que todo lo que sucede ahora y lo que suceda en el futuro pueda de alguna manera conectarse entre sí para que sea un esfuerzo en común y no esfuerzos aislados, es decir, que los diseñadores, los espacios de difusión, las universidades, los congresos, las empresas y las instituciones públicas logren una mayor comunicación entre sí para que la región sea un motor en el tema del diseño en México.
~Carlos Torre Hütt
Bueno o malo, el diseño en el Bajío ha incrementado, aunque sigue sigue siendo un poco artesanal, sobre todo en los pueblos pequeños. El mejor diseño está en las ciudades grandes, en León y Querétaro. […] Aquí en el Bajío se suele confundir el diseño con un trabajo técnico. Diseñar es mucho más que aplicar una u otra técnica; diseñar es observar, analizar, aterrizar, desarrollar y controlar. Es un proceso muy largo, y para valorarlo hay que considerar todos los pasos.
~Daniel Bravo
El diseño está íntimamente relacionado, más que con el tiempo, con el espacio en el que se desenvuelve. El diseño le da forma a unos contenidos, a una voz, a un mensaje. Si el espacio es pequeño (pensemos en un pueblo), los mensajes que ahí se expongan serán igualmente pequeños, por lo que el diseño tendrá pocas posibilidades de exploración. En cambio, si el diseño se despliega en una ciudad (y una ciudad no es sino un conjunto y una mezcla de pueblos, es decir, de voces y opiniones), sus caminos serán mucho más amplios y alargados. En cierta forma, el diseño es el reconocimiento de un espacio dado.
Una prueba fehaciente de que el diseño cobra cada día más relevancia en el Bajío es el crecimiento que han tenido ciudades como Querétaro y León. Estas ciudades han tenido un crecimiento sobre todo externo, es decir, en los últimos años han recibido todo tipo de personas. Si después del ‘85 sólo recibíamos chilangos, ahora recibimos, además, personas y familias del norte del país. Nuestras ciudades han dejado de ser pueblotes porque han ido agrupando distintas voces y puntos de vista. En este sentido, el diseño que producimos en el centro de México es el mejor reflejo de nuestra urbanidad.
El diseño tiene que ver con generar un cambio: un punto de vista. Se trata de transformar conceptos.
~Denisse Piña
¿Cómo ves el diseño gráfico e industrial en el Bajío?
Veo mucha competencia, mucha oferta, mucha información… pero muy poco fondo, profundidad y concepto. Reflexionamos poco sobre nuestro bagaje cultural como para decir que hay un diseño auténtico del Bajío, y hasta incluso mexicano. Adicional a ello, veo el diseño subestimado a ser un plus, la gente no entiende el diseño porque somos nosotros, los propios diseñadores, los que muchas veces no entendemos lo que es nuestro trabajo. Esa dualidad e idea orgánica y equilibrada del diseño (función-forma), cuesta mucho y muchas veces ni siquiera la comprendemos.
Cada día hay más oferta laboral, instituciones que valoran cada vez más el diseño, escuelas que ofrecen cursos y licenciaturas especiales; ¿observas una especie de bomm?
En estos últimos años ha crecido la oferta educativa, eso es muy bueno y es un gran paso, pero aún así no ha habido un cambio radical de cómo se acoge la profesión en el «mundo real»; es muy difícil conseguir becas para estudios de posgrado en diseño, por ejemplo. En el Bajío ahora hay un boom por los productos de diseñador, algo así como esas mini tiendas de los museos con cosas «bonitas», pero eso es una forma muy inocente de hablar de un boom, pues no se relaciona con un cambio en la forma de pensar y de concebir el diseño, de construirse como diseñador.
¿Cuál es tu visión sobre el diseño; qué idea del diseño tienes?
Me gusta pensar el diseño como algo necesario, pero invisible, como una red; algo que te haga pensar la misma cosa desde ángulos distintos; me gusta pensar que con el diseño puedo cambiar la visión de algo; que puedo dar muchas respuestas a una pregunta y que escojo la mejor para decirlo; me gusta pensar que el diseño es humano y sincero. Al final de cuentas, el diseño lo hacemos personas para personas, y eso es lo más importante. Mi trabajo de diseñadora editorial lo veo como el de una traductora; para traducir debo de comprender bien, estar ahí con todos mis sentidos, ser lectora, ser usuario y desde ahí proyectar. Retarme a conocer lo que no sé y ver desde otro punto lo que ya sé, construir y deconstruir constantemente.
El mejor diseño es casi invisible, o muy sutil; para llegar a eso que es casi invisible hay que pasar por largos procesos de análisis y síntesis.
~Jacobo Zanella
¿Cómo ves el diseño gráfico e industrial en el Bajío?
El mejor diseño, creo, está en las ciudades grandes. Luego hay grandes destellos de buen diseño en ciudades secundarias, como Querétaro o Guanajuato, pero los clientes están a la altura de la ciudad, así que muchas de esas agencias tienen que limitar su imaginación. Definitivamente no hay buen diseño en las ciudades pequeñas (Tequisquiapan, etc.) o en los pueblos (Bernal, etc.). El buen diseño, casi siempre, es proporcional al tamaño de la ciudad. Con el Internet y la dilución del concepto oficina, hay diseñadores y otros profesionales que ya pueden vivir donde sea, incluso en el campo, y desde ahí hacer cualquier cosa, aunque los estímulos de la ciudad siempre estarán reflejados en el diseño.
¿Ves alguna especie de identidad; los diseñadores de Guanajuato y Querétaro se parecen en algo?
Yo no veo una identidad, lo que veo es que se intenta copiar una identidad que existe en otro sitio, y que tal vez ni sea auténtica. México tiene una vasta tradición formal prehispánica y posthispánica, y eso explica un poco la falta de conceptos funcionales en el diseño, es decir, muchas veces el concepto es la forma misma. (Comparado con países de sociedades ultra racionales y aburridos como Suiza, en donde el diseño es casi opuesto al de aquí.) La mayoría de los diseñadores de las ciudades grandes siempre están copiando o reinterpretando lo que ven en revistas y en la web, cosas que se producen en Londres, NY, Tokyo. Piensan que eso es estar a la vanguardia. Ignoran el brief, su condición local, su responsabilidad con el tiempo y el espacio.
Aunque, como dices, no existe una personalidad clara del diseño hecho en el Bajío, sí existe por acá una discusión latente y creciente en torno al diseño, ¿no crees?
El ascenso de la clase media (en todo el mundo), la necesidad cada vez más grande de los commodities, el crecimiento del turismo, la exploración cada vez más fácil de nuevas gastronomías, el acceso electrónico a todo tipo de medios, todo eso incita un boom de diseño, pero no directamente de la calidad sino de la cantidad. Las personas, todas, valoran cada vez más el diseño porque cada vez más tienen más exposición a él. Es un cambio casi invisible. Estaría muy bien que comience a pasarle al diseño –y a todos los servicios– lo que le está pasando a algunos productos como la cerveza, el pan o los maratones: que se hagan locales, que el consumidor encuentre placer en consumir algo de su región, de sentirse parte de un círculo, no de una línea.
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