La música popular contemporánea se ha vuelto complejísima. Para empezar, la música es ya lo de menos. O, mejor dicho, la música no se percibe solamente por el oído. La vestimenta de una banda, el video musical que lanzan, el artista que contratan para decorar su álbum, las parejas sentimentales de sus integrantes, las inclinaciones políticas que revelan… todo eso importa tanto como el verso que escriben y el acorde que tocan.
Existen bandas exitosas porque el video –y no la canción– es genial. Y hay otras que tocan música mediocre pero tienen una presencia escénica deslumbrante. Bandas que son malas en el disco pero buenas en los festivales.
Los festivales musicales tienen más puntos en común con la dramaturgia que con la lírica. Un buen festival lo es porque cuidó la escenografía, la iluminación, la intervención de los espacios y la identidad musical del cartel, es decir, el mercado al que le habla y al público que congrega.
Los festivales musicales en EEUU se saben festivales dramáticos. Los mexicanos suelen ser más grandotes que grandiosos: «vamos a escuchar en vivo los mejores 20 discos del año pasado». Y los festivales locales… bueno, esos se hacen como se puede: tratando, con muchísima ingenuidad, de introducir nuevas bandas en la sorda costumbre provinciana.
Internacional
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Nacional
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Local
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Origen: el National Jazz Festival, en Inglaterra. |
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Origen: a congregación de estudiantinas en el Cervantino. |
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Origen: el palenque y el teatro del pueblo de la feria ganadera. |
Ejemplo representativo: el Coachella (en Indio, California). |
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Ejemplo representativo: el Corona Capital (en el DF). |
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Ejemplo representativo: el Concurso de Huapango Huasteco (Querétaro). |
Mejor versión ever: sin duda, Woodstock. Y hoy: Austin City Limits. |
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Mejor versión jamás: las cinco ediciones del MX Beat. |
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Mejor versión –o de menos sorpresiva: el Indio Emergente. |
Peor versión: MTV Spring Break Miami o algo así, donde la música es lo de menos. |
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Peor versión: el Colmena y todos esos festivales imaginarios que te dejan desvestido y alborotado. |
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Peor versión: el festival mensual Kinky + Zoé + Molotov en la plaza de toros. |
Grupo típico: Sea of Flames o uno de esos grupos «legendarios» de Wyoming. |
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Grupo típico: los Tigres, los Tucanes o la Banda en Turno siendo reivindicada. |
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Grupo típico: en San Miguel, Pilaseca; en Querétaro, Cuerdas y Madera. |
Gastos totales: unos $800 USD. |
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Gastos totales: unos $3,000 MXP. |
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Gastos totales: no más de $1,000 MXP. |
Versión folk: el Country Music Festival de Nashville, Tennessee. |
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Versión folk: la Guelaguetza en Oaxaca de Juárez. |
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Versión folk: los festivales de huapango en la sierra huasteca. |
Internacional
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Nacional
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Local
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Vestimenta típica: hippie vintage. |
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Vestimenta típica: hipster en drogas. |
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Vestimenta típica: hipster en cafeína. |
Motivo para ir: voy nomás para decir que fui. |
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Motivo para ir: fiestero: voy más por la fiesta que por la música. |
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Motivo para ir: cinematográfico: voy porque no hay nada en la cartelera. |
Momento extremo: el wall of death en los festivales de metal. |
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Momento extremo: el slam y el stage diving fallido. |
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Momento extremo: el silencio tras el c’mon Celaya, sing long. |
Momento extraño: encontrarte a tu vecino. |
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Momento extraño: encontrarte a ésa prima. |
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Momento extraño: encontrarte a tu mamá. |
Ciudad musicalmente festiva: la capital texana: Austin. |
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Ciudad musicalmente festiva: la ciudad de México. |
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Ciudad musicalmente festiva: San Miguel de Allende. |
En una frase: algo más que el conjunto de bandas. |
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En una frase: el cartel musical es lo más importante. |
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En una frase: dado el mercado, milagros musicales. |