La bicicleta, hay que decirlo, es el vehículo urbano más ultrajado. El ciclista no sólo tiene que tener cuidado de los autos que se le vienen encima, sino también de los peatones que, por «andar al natural», llevan la preferencia.
En el tránsito urbano, las bicicletas están a la mitad: son más y menos lentas que los autos; son angostas, pero ocupan todo un carril; son portátiles, pero luego no hay dónde estacionarlas; son livianas y ágiles, pero si rebasas a un camión por la derecha, te subes a la banqueta, burlas el semáforo, brincas y… ¡plas!, te das con un peatón.
En el tema cultural es igual: o hay fanáticos de la bicicleta o hay personas empeñadas en circular en Hummers. Autos circulando de forma irresponsable y cuadrillas gritando «¡dos ruedas, amigo, dos ruedas!». Calles vemos, fanáticos conocemos.
Tratando de encontrar un punto medio –pero echándole todas las ganas por no pasar por tibios– propondremos aquí siete sugerencias para usar la bicicleta como medio de transporte urbano.
Maneja en auto. La ciudad es un tema de inclusión, no de eliminación; no es el auto o la bici, sino el auto y la bici. Usa todos los medios de transporte, conoce todos los puntos de vista, entiende que tú eres todos.
Respeta las señales. Circula en el mismo sentido de los autos, ocupa un carril completo y respeta las señales de tránsito. No te vayas en contra, no te pases los altos, no te subas a la banqueta… aprende a vivir en sociedad.
Consigue todos los accesorios. Casco, luces, anteojos, coso para que no se te manchen los pantalones con la cadena o la falda con la llanta, canasta, bolso, ajuares. Entra a ver accesorios a chromebagsstore.com.
Come bien. Para la bici, la comida es el combustible, así que come bien. Si el trayecto dura 5 minutos, cárgate con Magna; si dura 15, con Premium; si vas al pasado (a una oficina de gobierno), cárgate con Nova.
Hazlo con estilo. La bicicleta es la autonomía en pequeña escala. Desde ese ángulo (un poco más alto que si vas caminando) y a esa velocidad, disfruta la sensación de libertad. Anda fresco, sin prisas, para que no llegues todo sudado.
Hazlo en pareja. Nada como invitar a tu esposa a ir al cine en bicicleta, como novios juveniles. Si eres de esas parejas «liberales», inscríbete a este recorrido: worldnakedbikeride.org.
Siempre para adelante. Que no te asuste la poca planeación urbana, la nula educación vial, los muchos complejos, los demasiados «piropos», etc. Tú haz caso omiso, aprovecha que la bici no tiene reversa y ve siempre para adelante.
Te recomendamos el libro Diarios en bicicleta, una suma de experiencias, observaciones e impresiones de un ciclista que ha atravesado varias ciudades del mundo en su bicicleta. El ciclista es David Byrne; sí, el de los Talking Heads. La traducción al español está en editorial Mondadori.
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