Deja tú un día antes, a veces resulta sumamente difícil comprar cualquier tipo de regalo, inclusive si te acordaste dos o tres meses antes. A veces no es el poco tiempo, sino las nulas ideas.
Para cualquier ocasión, el consejo más acertado es: regala lo que a ti te gustaría recibir. Un regalo es una extensión de ti mismo: un regalo útil habla de tu practicidad; un regalo sentimental habla de tu cursilería, y si regalas algo pequeño y precioso, dirán que eres detallista. Si sigues este consejo y resulta que al otro no le gustó tu regalo, entonces significa que tampoco le gustas tú, que no le caes bien, que no es tu amigo. Si es así, pues muy sencillo: no le vuelvas a regalar nada.
Sin embargo, la vida es un poco más compleja que eso: existen los compromisos, los «amigos» no simpáticos, los familiares resentidos, las fiestas ridículas y las novias melodramáticas. Y luego a uno no le queda más remedio que comprar algo digno y «quedar bien».
Así pues, te presentamos algunas opciones por si no sabes qué regalar o por si no tienes tanto tiempo para buscar y comprar un lindo y gracioso obsequio.
Cuaderno Moleskine. Regala un cuaderno o una agenda, son muy útiles: todos siempre estamos anotando cosas. Hay muchas marcas: Muji, Maruman, Serrote; Moleskine se vende en las librerías del Fondo de Cultura Económica.
Un paraguas. Todos necesitamos alguna vez un buen paraguas: uno pequeño que abra grande, que sea relativamente elegante y que no se arruine con el viento. Sólo revisa que no esté hecho en China.
Una suscripción. Una suscripción a una revista, sólo hay que investigar un poco para llegar a la revista acertada. Hay revistas de casi cualquier tema: pesca, moda, fotografía, diseño, literatura, animales y un muy largo etcétera.
Libro de consulta. Nunca una novela o un libro de ensayos, pues quizá el amigo ya lo leyó o no le interese. Mejor un libro de consulta: un atlas, un almanaque, un diccionario, un recetario, un libro de fotografías…
Guía de viaje. Podrá ser extraño recibir una guía de, digamos, Croacia y los Balcanes, pero sin duda es un gran obsequio: no estás regalando un objeto, sino un deseo de viajar y conocer un lugar atractivo; un estímulo, una provocación.
Artesanía. Cuando vayas de viaje, compra siempre un par de artesanías. Regresa a tu casa y guárdalas en un cajón. Cada vez que debas regalar algo, saca una artesanía de tu cajón, envuélvela y ya estás.
Genéricos. El recuerdo, el detalle, muchas veces vale más que el regalo mismo. Regala una botella de un buen vino o licor, unas flores frescas o una bolsa de chocolates artesanales. ¿Algo más atrevido? Regala un paseo en globo aerostático.
¡Noooooo!. Nunca vayas a regalar algo tan aburrido como tarjetas prepagadas, vales para ir de compras y demás sandeces poco imaginativas. Tampoco regales juguetes, objetos de decoración, cine, literatura o ropa, a menos de que conozcas muy bien a la persona en cuestión.
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