Nos criamos en la pertenencia a un mundo. Ese mundo se edifica en partículas.
Una de ellas, el gusto.
El gusto adquirido por el vino es una de esas partículas con las que cada quien se va haciendo una comunidad, un mundo. Hay avezados en este tema cuyos límites son insondables. Hay neófitos y aventureros. Hay reflexivos y especuladores. Las fronteras del vino demarcan un país en el que todos se reconocen. Decir Grenache o Saint Emilion es usar un código de identificación, un mismo pasaporte. Una sonrisa cómplice del que reconoce a un compatriota por más lejos que se encuentre.
Este libro criba laboriosamente esos códigos que suelen negar las entradas al país del vino.
Sus capítulos están hechos para que se habite este mundo de manera más amable, con un recorrido: en el tiempo, en la tierra y en los tipos de vino del centro de México. Un libro hecho con la paciencia del reconocimiento al arte y a la metodología; pero al mismo tiempo, a la costumbre y a la geografía. Con la convicción de que es un espacio en el que el experto se hace sólo si se aventura.
Y, por ello, Vinos & viñedos del centro de México no pretende ser admonición para neófitos del culto, sino vía de acceso para quienes recientemente han adquirido –o adquirirán– la nacionalidad del vino.
Finalmente, hay que reconocer que al interior del centro de México siempre se ha gestado un vigor cultural notable. Se han edificado culturas que se unen al contorno de sus mesetas y valles y entienden que su pervivencia se hace de silencios en el gran concierto del discurso nacional, pero también de afirmaciones contundentes. Sirva este libro para lo primero. Para callar y degustar. Pero también para lo segundo. Para probar y admirar.
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