Vivir solo o vivir acompañado es quizá la primera gran decisión adulta que hacemos en la vida. Por supuesto, a algunos les llega la adultez antes que a otros; mientras unos pueden tomar esa decisión terminando la preparatoria, otros son arrastrados por la economía o las costumbres sociales y terminan sometiéndose a las decisiones de otros.
Los pros y los contras de cada estilo de vida son tantos y tan variados como los tipos de soledad y de compañía que hay. Además, los dos estilos tienden a mezclarse y confundirse: el que vive solo termina conversando con su propia multitud y el que vive acompañado no deja nunca de sentirse ligeramente desolado.
Más que un duelo, este versus representa las dos caras de la vida adulta contemporánea.
Vivir solo
|
|
Vivir con alguien más
|
Razones: íntimas, gruñonas, ermitañas y/o fuiste hijo único y no sabes compartir. |
|
Razones: amistosas, estudiantiles, laborales, conyugales, económicas. |
Mito: obtendré paz y mucha tranquilidad. |
|
Mito: ¡yuju, todos vamos a ser «amiguis»! |
Realidad: demasiada tranquilidad; comienzo a pelearme con mi niño interior. |
|
Realidad: tu amiguis sacó el cobre y tú sacaste a tu amiguis. |
Gastos: tú solo contra el gas, la luz, el teléfono… Y todos los muebles. Todo tú. |
|
Gastos: sugerimos compartir sólo los servicios; que los muebles sí tengan dueño, who knows. |
Personalidad: te creas algunas manías, la mayoría negativas. |
|
Personalidad: poco a poco vas adquiriendo rasgos de la otra persona. |
Mañana del domingo: a veces no desayunas; lo juntas con la comida. |
|
Mañana del domingo: el otro (niño, mascota, pareja) despierta con hambre feroz. |
Comedera: libertad de menú: comes lo que quieras cuando quieras (aunque comer solo te puede hacer sentir miserable). |
|
Comedera: satisfacción compartida: «ya comieron mis dientes, ya comieron mis parientes». |
Vivir solo
|
|
Vivir con alguien más
|
Trastes: platos y vasos y tenedores y etcétera esperando la visita semanal de Lety, «la felicidad del hogar». |
|
Trastes: supuestamente se dividen el lavado de trastes, aunque siempre los termina lavando Lety, «la felicidad del hogar». |
Tender la cama: vas de un lado al otro por lo menos diez veces. |
|
Tender la cama: cada quien de un lado; es rapidísimo. |
Bebedera: beber solo no es tan tentador, o no es tan sano: te vuelves un borrachito de buró. |
|
Bebedera: si no bebes diario, ¿qué esperas? ¡Larga vida a la cerveza social! |
Pudor: te paseas sin ropa por toda la casa hasta que descubres que tu vecina hace lo mismo; entonces te paseas sin ropa por toda su casa. |
|
Pudor: lo vas perdiendo poco a poco, prenda a prenda; de repente se te olvida que alguien sin ropa te está viendo sin ropa. |
Catástrofe latente: convertirte en un viejo choto o en la vecina solterona que vive con su gato. |
|
Catástrofe latente: enredarte con el roomate (¡o con su pareja!). |
Peor escenario: vives súper tropa: la cama siempre destendida, los trastes siempre sucios, confundes la toalla de la cocina con la del baño… |
|
Peor escenario: por razones oscuras, terminas viviendo con tu insoportable jefa del trabajo, quien, por cierto, vive súper tropa. |
En una palabra: independencia. |
|
En una palabra: convivencia. |