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Las mejores experiencias del centro de México

En provincia es muy común el concepto «dominguear». Significa manejar a 20 km/h por el bulevar, visitar por milésima vez el terreno que todavía no terminas de pagar, comprar una paleta helada y dejar que se te derrita en todo el brazo, jugar a los dormidos, echarse en el sofá y cobijarse poco a poco con sobras de Doritos, etcétera.

Dominguear es algo muy placentero, a veces incluso delicioso, pero también es algo muy aburrido, y sobre todo triste: utilizar el fin de semana para descansar y reponer energías para tener una semana laboral «exitosa» es tan patético como «cuidarse», conservar la salud y morir atropellado.

Por eso, porque el tiempo de oficina es tiempo muerto y el fin de semana es tiempo libre, recomendamos aquí nuestras 23 actividades favoritas para escapar de la modorra urbana y de los patéticos domingos de provincia.

 

1. Aventarse al vacío en Celaya

Sada y el bombón - Aventarse en paracaídas en CelayaLo único más emocionante que lanzarse al vacío con un paracaídas en la espalda es lanzarse al vacío sin paracaídas. Sin embargo, aventarse de una avioneta sin paracaídas tiene una ligera y casi obvia desventaja: las probabilidades de recordar la experiencia son prácticamente nulas. Y el recuerdo –sobre todo de este tipo de experiencias– suele ser tan emocionante como el acto mismo. Por el bien de tu propia memoria, por favor no olvides el paracaídas.

Vaciladas aparte, lo más emocionante no son los 20, 30 o 40 segundos de caída libre a 220 km/hora. Sí, la parte de la caída libre es catártica, pero resulta mucho más placentero ir cayendo poco a poco con una gran bolsa de aire que te suspende en el aire. Caer es alucinante, pero flotar es conmovedor. En pocas palabras, cuando el vértigo se agota en sí mismo, se abre el paracaídas y quedas fascinado, casi hipnotizado, por la suspensión.

Celaya, Guanajuato / TIP Enflaca. Si pesas más de 100 kilos no podrás saltar. Y entre menos peses más durará el descenso con el paracaídas abierto (hasta 7 u 8 minutos) / MÁS INFO 01 800 552 8834 / www.paracaidismocelaya.com.mx

 

2. Tour fotográfico por Mineral de Pozos

Sada y el bombón - Tour fotográfico por Mineral de PozosUn buen fotógrafo se dedica a develar (revelar) algo que permanecía oculto. La cámara tiene razones que la razón desconoce. Así, una fotografía debe evocar, no describir; debe representar atmósferas, no espacios; debe hacer que aparezcan cosas que antes del clic no estaban ahí. El fotógrafo es en realidad un mago.

Y el mejor escenario del centro de México para ese mago se llama Mineral de Pozos, un pueblo que solía ser una gran metrópoli minera y que ahora sólo alberga ruinas, fantasmas, recuerdos. De los 80 mil habitantes que tenía, ya nomás le quedan 4 mil. Esa (des)gracia se percibe en todo el pueblo, sobre todo si vas con una cámara: mientras el ojo ve una pared derruida, la cámara ve la más triste expresión de la nostalgia.

Mineral de Pozos, Guanajuato / TIP Además de con la cámara, ve con tu pareja. En Pozos hay varios hoteles boutique, y, aunque suene extraño, la desolación suele ser un muy buen afrodisiaco / MÁS INFO www.mineraldepozos.com.mx

 

3. Recorrer distintos microclimas desde Querétaro hasta Xilitla

Sada y el bombón - Recorrer distintos microclimas desde Querétaro hasta Xilitla«El destino es el viaje mismo» es un cliché que inventó alguien que agarró el auto (o, mejor aún, la moto) y recorrió los seis microclimas que separan Querétaro de Xilitla.

Normalmente se necesitan cuatro o cinco horas en avión para pasar del semidesierto al bosque de niebla, y otras dos o tres para dejar la niebla y aterrizar en el trópico. No en este recorrido. De Querétaro a Xilitla atraviesas, en auto, seis distintos microclimas; obtienes un paisaje radicalmente distinto cada media hora.

Sierra Huasteca: Querétaro y San Luis Potosí / TIP Ya que vas hasta allá, visita las Misiones Franciscanas. Son quizá el más digno y mejor conservado Patrimonio Mundial del centro de México / Es un viaje de casi 300 km; unas 6, 7 u 8 horas (depende del mareo y las paradas pertinentes).

 

4. Visitar las Siete Luminarias

Sada y el bombón - Visitar las Siete LuminariasHay días en los que dices extraterrestre y piensas en Jaime Maussan. En los que dices extraterrestre y te acuerdas que un mundo nos vigila. En los que dices extraterrestre y te acuerdas de E.T., Alf o tu marciano favorito. En los que dices extraterrestre y de inmediato deseas tener un encuentro cercano del tercer tipo… Hay días en los que dices extraterrestre y no piensas en las Siete Luminarias. En cambio, siempre que dices Siete Luminarias, piensas en extraterrestres*.

La región volcánica Siete Luminarias es un conjunto de siete cráteres volcánicos (cada una con una laguna) en medio de un valle insólito donde crecen verduras sobrenaturales y se observan –dicen– OVNIs. A saber.

Valle de Santiago, Guanajuato / TIP El lugar es ideal para hacer bici de montaña. Aquí una propuesta de recorrido: bit.ly/SadaMarciano

*Referencia: la estructura de este texto pertenece al Sexo sin cabeza de J.J. Millás.

 

5. Subir al mirador del Pípila en funicular

Sada y el bombón - Subir al mirador del Pípila en funicularGuanajuato se recorre como Berlín: verticalmente. Para verdaderamente conocer la ciudad, no basta con caminar del punto A al punto B, tienes además que estar debajo del punto B y encima del punto A. Debes primero recorrer los túneles, luego caminar por las plazas y los callejones y, por último, observar todo el centro histórico desde arriba, desde el mirador donde está el Pípila.

La mejor forma de subir y bajar del mirador es usando el funicular. La razón es simple: el trayecto del funicular es recto y casi vertical. Subiendo comprendes los niveles urbanos de Guanajuato, y bajando experimentas el discreto encanto de penetrar una ciudad.

Ciudad de Guanajuato / TIP Observa Guanajuato desde el barandal como observas un mapa: saltando del detalle al conjunto. Y, si puedes, para ensanchar el ensimismamiento-enajenamiento, fuma / El funicular sale aproximadamente cada 10 minutos. Cuesta 30 pesos.

 

6. Volar en globo aerostático

Sada y el bombón - Volar en globo aerostáticoLa sensación de elevarse en globo aerostático es inversamente proporcional a la de lanzarse al vacío con un paracaídas. En una se trata de descargar adrenalina; en la otra, de irla formando. El paracaídas es un alivio; el globo, un éxtasis. La apoteosis de la emoción sería elevarse en un globo aerostático y, estando en todo lo alto y con la adrenalina desbordada, aventarse con un paracaídas. En lo que a alguien se le ocurre ofrecer ese servicio, enfoquémonos en el globo.

La emoción que otorga un vuelo en globo aerostático radica en el tiempo: sentir el tiempo histórico de estar en la primera aeronave que inventamos y, sobre todo, sentir el tiempo de la naturaleza, el ritmo del aire, la cadencia del mundo. En un globo te elevas al ritmo del sol y te desplazas al capricho del viento. Un globo no se mueve, un globo respira. Más que ver paisajes espectaculares –que sí–, volando en globo entiendes y sientes ese vago y abstracto concepto del que estamos hechos: el tiempo.

Tequisquiapan, Querétaro / TIP Los globos –como el sol– se elevan al amanecer, es decir, hay que madrugar. Hospédate una noche antes en un hotel cerca del aeródromo (en Tequis o San Juan) / MÁS INFO 01 800 503 8663 / www.vuelaenglobo.com

 

7. Picnic entre zarzamoras en Senegal de las Palomas

Sada y el bombón - Picnic entre zarzamoras en Senegal de las PalomasPocas cosas más agradables para el citadino que hacer un picnic, pero no en el parque, sino afuera de la ciudad, en pleno campo. Y todavía más agradable si dejas la canasta y extiendes el mantel entre sembradíos de zarzamora.

Al sur de San Juan del Río, rumbo a Amealco, está una comunidad llamada Senegal de las Palomas. Ahí, de mayo a julio, podrás pasear entre las parcelas y recolectar zarzamoras. Cuando vayas, dile al dueño de la huerta que te deje sentarte en la arbolada, abrir una botella de vino y disfrutar la tarde con los manjares que lleves y las zarzamoras que recolectes.

San Juan del Río, Querétaro / TIP Si te enfermaste de la panza y te dio la seguidilla, come mucha zarzamora. Su alto contenido en taninos combate cualquier diarrea. Júrolo / Reserva con el Sr. Olvera al (045) 427 290 9708.

 

8. Tomar pulque en Boyé

Sada y el bombón - Tomar pulque en BoyéDe la fermentación de la salvia azucarada, concentrada en el corazón del maguey, se obtiene el pulque: la bebida de los dioses (los sacerdotes prehispánicos lo tomaban para escuchar con mayor claridad los mensajes divinos). De esta forma, el lugar más espiritual del centro de México es Boyé; el pulque que preparan ahí es glorioso, tomarlo es una experiencia celestial.

¿Eres remilgoso? No os preocupéis, que bienaventurados serán también los que tomen pulque curado, es decir, un pulque no tan agresivo con sabor a piñón, cacahuate, tuna roja, guayaba o tamarindo, por ejemplo. Acompaña el pulque con una caliente y deliciosa barbacoa, otra de las especialidades de Boyé.

Cadereyta, Querétaro / Por ahí de la tercera semana de septiembre, Boyé organiza la tradicional Feria del Pulque y la Barbacoa / MÁS INFO con los dioses o con Google.

 

9. Recorrer la ruta del vino del centro de México

Sada y el bombón - Recorrer la ruta del vino del centro de MéxicoLa región vitivinícola del centro de México es como una maqueta de todo el mundo del vino. Entre Querétaro, Guanajuato y Aguascalientes se encuentran todo tipo de bodegas: hay viñedos de 3 y de 130 hectáreas; grandes emporios que producen más de 2 millones de botellas al año y pequeñas fincas cuyo mercado apenas excede el propio comedor; una bodega que se especializa en elaborar vinos espumosos y otra que está experimentando con un «vino anaranjado»; en menos de 400 kilómetros hay tantas visiones en torno al vino como las hay entre Mendoza y La Rioja.

Por esta pluralidad, y por los contrastes que existen entre un viñedo y otro, recorrer la ruta del vino del centro de México –la segunda más importante de México– resulta por demás interesante.

Partiendo de los viñedos queretanos, el esqueleto de la ruta es más o menos este: Cavas Freixenet, Viñedos Azteca y Viñedos La Redonda (Ezequiel Montes); Vinícola Toyan y Rancho Santa Gloria (poco antes de llegar a San Miguel de Allende); Bodega Vega Manchón (en las afueras de Dolores Hidalgo), y Viñedos Santa Elena y Hacienda de Letras (Pabellón de Arteaga, Aguascalientes).

Salvo Santa Gloria y Santa Elena, todas las bodegas reciben continuamente visitantes. Freixenet y La Redonda están abiertas prácticamente todo el año; en las demás es necesario hacer cita.

Lo mejor de este viaje es que es reiterativo, casi un pleonasmo: tu vista recorre los paisajes mientras tu olfato y tu gusto confirman el sabor de lo que viste.

Querétaro, Guanajuato y Aguascalientes / TIP Marida los vinos regionales con los platillos típicos de cada lugar. Los tintos de Aguascalientes, por ejemplo, van muy bien con carnitas / MÁS INFO Compra el libro Vinos & viñedos del centro de México, un libro escrito, diseñado y editado por las mismas personas que hacen esta revista.

 

10. Asomarse al Sótano del Barro

Sada y el bombón - Asomarse al Sótano del BarroCuando la gravedad colapsa, el universo adquiere un hoyo negro; cuando la Tierra se fractura, aparece uno de estos agujeros. El Sótano del Barro es como un hoyo negro, pero con guacamayas verdes adentro.

200 m de diámetro, 455 m de profundidad; un agujero de 15 millones de metros cúbicos; la segunda cavidad más grande del mundo (la primera es una en Venezuela, y no, no es Hugo Chávez). Las dimensiones del Sótano son asombrosas, pero si uno va hasta allá y lo ve, las dimensiones se vuelven monstruosas. El Sótano del Barro es un espacio donde la densidad es tan extrema que se ha vuelto contra sí misma. Algo escalofriante.

Sierra Gorda, Querétaro / TIP El Sótano está en el corazón de las tinieblas de la Sierra Gorda, es decir, ve con guía. Contacta a Sierra Gorda Ecotours / MÁS INFO (441) 296 0700 / www.sierragorda.net

 

11. Caminar por el Charco del Ingenio

Sada y el bombón - Caminar por el Charco del IngenioLa paz está en peligro de extinción. Y no nos referimos a la paz que pregona la Miss Universo en turno, sino a los espacios donde se pueda disfrutar de un momento de sincero sosiego. Escuchar en el iPhone sonidos de la naturaleza es algo triste; ir a clases de yoga para después subir al auto y enfadarse con el tráfico, deprimente.

Mejor ir al Charco del Ingenio. Hasta el Dalai Lama lo recomienda. En serio, hace unos años consagró esta reserva natural como «zona de paz». Independientemente de lo que eso signifique, en el Charco del Ingenio podrás tener un gran momento de ocio placentero. Camina por el jardín botánico, asómate por los acantilados y escucha el murmullo del agua y el eco de las piedras; el rumor de la naturaleza.

San Miguel de Allende, Guanajuato / ADVERTENCIA No planees un picnic aquí, está prohibido ingresar con alcohol, comida, mascotas y equipos de sonido / MÁS INFO (415) 154 4715 / www.elcharco.org.mx

 

12. Tomarse dos o tres tragos en una azotea

Sada y el bombón - Tomarse dos o tres tragos en una azoteaLas azoteas y el alcohol comparten el mismo encanto: la ilusión de libertad. La gracia de una bebida no está en su grado alcohólico, sino en la leve euforia que produce. Asimismo, el atractivo de una terraza no se encuentra en su altura, sino en el fresco viento que deja pasar. Tomarse una cerveza, una copa de vino o un gin-tonic en una azotea es practicar el exquisito arte de la fuga.

Venturosamente, cada vez hay más azoteas etílicas en el centro de México. En Querétaro recomendamos la de la Casona de la República, la del Mesón de Aspeytia, la del hostal Kuku Rukú y la del bar Zeppelin. En San Miguel, el Luna Rooftop Bar y la sobriamente llamada La Azotea.

Querétaro y Guanajuato / TIP Ve ahora que es verano, pues es una delicia: mientras la bebida refresca, el viento acaricia un poco y seduce un tanto / MÁS INFO consulta sadabombon.com para direcciones precisas.

 

13. Pasar la mañana en la fábrica La Aurora

Sada y el bombón - Pasar la mañana en la fábrica La AuroraEl plan es más o menos el siguiente: te hospedas en algún hotel del centro de San Miguel, te despiertas entre 9:30 y 10:00 y caminas unos diez minutos hasta llegar a La Aurora. Te sientas en la cafetería y desayunas tranquilamente mientras ves cómo los artistas llegan a abrir sus estudios.

Después de dos o tres cafés, visitas los estudios, las galerías, las tiendas de diseño y antigüedades, la librería. Compras algo y, ya con hambre, terminas comiendo en el restaurante (muy recomendable también) y tomándote una copa de vino en la terraza.

San Miguel de Allende, Guanajuato / TIP Consulta constantemente el sitio web. Algunos artistas ofrecen distintos cursos y algunas galerías organizan, de vez en cuando, uno que otro evento / MÁS INFO (415) 152 1312 / www.fabricalaaurora.com

 

14. Bajar en cuatrimoto al Jabalí y descubrir Bucareli

Sada y el bombón - Bajar en cuatrimoto al Jabalí y descubrir BucareliEl recorrido en cuatrimoto de San Joaquín a Bucareli parece la propuesta de Greenpeace por hacer una montaña rusa sustentable y natural. Comienzas a 2,400 msnm y terminas mil 800 metros abajo con toda la serranía embarrada en tu cuerpo y –seamos cursis– en tu sonrisa.

Poco antes de llegar a la desolada misión de Bucareli, se encuentra, en el cañón del río Extoraz, El Jabalí, un campamento ecoturístico con cabañas tipo safari. Ahí podrás tomar un baño, cenar y, gracias a una oscuridad casi total, descansar bajo un cielo admirablemente estrellado.

Sierra Gorda, Querétaro / TIP Lleva sudaderas y playeras; San Joaquín es frío y El Jabalí caluroso. Lleva también un paliacate o un cubrebocas para que no estés masticando tierra durante todo el recorrido / MÁS INFO (441) 293 5259 / (045) 441 107 2239 / campamento_eljabali@yahoo.com.mx

 

La mamá del bombón recomienda:

Comprar en el Mercadito Queretano. El primer sábado de cada mes, en el Andador Libertad (el que desemboca en Plaza de Armas), se pone el Mercadito Queretano. Ahí puedes comprar todo tipo de productos regionales: quesos, vinos, mermeladas, salsas, cecina, dulces típicos…

Tomarse unos mezcales en El Fusilado. Lo mejor de ir a la mina de La Valenciana (Guanajuato) es no ir a la mina de La Valenciana, sino al bar que está ahí cerca, al lado de la plaza principal. El Fusilado ofrece unos mezcales memorables y, los domingos en la tarde, unos muy buenos asados en la azotea.

Aprender a cocinar en San Miguel de Allende. Ir al mercado a escoger los ingredientes, cocinar durante toda la mañana, sacar una desgracia del horno, enamorarse del vecino… La emoción de una clase de cocina está en los clichés. Y los profesionales del cliché son definitivamente los gringos que viven en San Miguel.

 

El tradicionalista Sada sugiere:

Vislumbrar Yuriria desde su antiguo monasterio. Yuriria tiene una joya arquitectónica muy poco conocida: un antiguo monasterio agustino construido a mediados del siglo XVI. El monasterio en sí es admirable, y la vista desde este portentoso mirador, espectacular.

Pasar un fin de semana en Atotonilco. Atotonilco es el secreto mejor guardado de San Miguel de Allende. A 10 o 15 minutos del centro histórico, rumbo a Dolores Hidalgo, está el santuario con los más bellos frescos de México, unas aguas termales por demás agradables (La Gruta), unas hamburguesas exquisitas (La Búrguer) y un par de hoteles sumamente seductores (Casa de Aves, Nirvana).

Ir a Salamanca por figuras de cera y nieves de pasta. Que no se pierda la bonita tradición de ir antes de Navidad al antiguo monasterio de San Juan de Sahagún, ver las obsesivamente detalladas figuras de cera, probar las tradicionales nieves de pasta y comprar dos o tres figurines de cera para el Nacimiento.

 

Experiencias para ir con amigos:

Pescar en la presa de Zimapán. En medio de esta presa hay una isla con alberca y cabañas donde uno puede dejar a las señoras y a los habliches para irse en una lancha profesional a pescar lobina, mojarra y carpa. Alrededor de la Isla de Tzibanzá se practica la mejor pesca deportiva del centro del país.

Andar en bici de montaña en El Aserrín. De las muchas rutas que hay en la región, la del Aserrín es nuestra favorita (está pasando Huimilpan, rumbo a Amealco, al sur de Querétaro). De regreso, recupera todas las calorías perdidas –¡y aún más!– con las gorditas de maíz quebrado del puesto que se pone frente al Cimatario.

Enfiestarse en el Festival de Cine de Guanajuato. A finales de julio, en San Miguel y en Guanajuato, se organiza el mejor festival de cine del Bajío: el GIFF. Películas, cortometrajes, concursos, talleres, conferencias, retrospectivas, conciertos y muchísima vida nocturna. Todo un festín cinematográfico.
 


Este listado de experiencias apareció dentro del número 10 de la revista Sada y el bombón, en forma de suplemento especial. Se puede consultar en su edición original en issuu.

 


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