SB 24
Octubre - noviembre 2014
SB 23
Agosto - septiembre 2014
SB 22
Junio - Julio 2014
SB 21
Abril - Mayo 2014
SB 20
Febrero - Marzo 2014

La calle, en extinción –perder la calle significa ignorar la convivencia, es decir, olvidar que vivimos en sociedad

Todavía existen por ahí algunas colonias con letreros de «¡Cuidado, niños jugando!». Son colonias que llevan 10 años, por lo menos, sin renovar la señalética urbana, pues sus letreros anuncian lo inexistente: prometen niños jugando y te presentan, cuando mucho, a un par de señoras caminando con tenis extraños.

¿Dónde quedó el niño que salía a la calle en busca de una pelota y unos vecinos? ¿Dónde quedaron los vecinos? ¿A dónde se fue el juego? Las cubetas que antes funcionaban como porterías siguen estando ahí, pero ahora sólo sirven para apartarle el lugar a un auto.

El niño, la pelota, los vecinos y el juego, todo desapareció, o por lo menos todo cambió. Para empezar, el niño ya no es niño, es más bien un señorcito; se toma la vida tan en serio que, en lugar de ponerle tachuelas a los autos, prefiere ir a clases de mandarín o yoga. Asimismo, la pelota transmutó en iPad, los vecinos –virtuales– están en Londres o en Singapur y el juego, ese sí, se desvaneció por completo. Como la calle.

Y es que el juego –la espontánea y franca convivencia– depende enteramente de ese espacio completamente público llamado calle. Y cada vez hay menos calles públicas con niños jugando, pues vivimos en nuestras pequeñas concha-cuevas llamadas autos, computadoras y jardines privados. Despreciamos lo público, desairamos la calle. Vivimos pensando que estamos completamente solos. Y no.
 


Artículos Relacionados:

Robarse a la novia –Sobre placeres deshonesto...

No ha existido un robo de novia más dramático y estremecedor que aquel escrito por Federico García Lorca en Bodas de sangre. En plenos festejos n...

Leer más
Grosella - Sada y el bombón

El refresco de grosella

Ante los refrescos de cola y bebidas gaseosas sabor limón, manzana, naranja y uva, un muy creativo emprendedor se vio forzado a innovar: «necesitamos un producto único, a...

Leer más

La nata está en peligro de extinción

Se nos fue el tiempo y, sobre todo, desaparecieron las formas. ¿En estos días, qué lechero va a repartir la leche bronca por la colonia, si ya los lecheros se e...

Leer más
Cácaro - Sada y el bombón

Gritarle al cácaro, en poco tiempo, será como...

El Cácaro, el original, ya murió. Era el apodo de un proyeccionista un tanto cacarizo que trabajaba en uno de los primeros cines del país. En aqu...

Leer más

Publicidad