Los suburbios son algo así como la reacción tardía a la Revolución Industrial. Tras congregarnos en ciudades, nos diluimos en suburbios. Son una especie de anticiudades; la gente que vive en los suburbios quiere escaparse del tenso y agitado estilo de vida citadino, pero al mismo tiempo necesita la ciudad con todo y su candente dinamismo. Los suburbios no niegan la ciudad, sino que la reniegan. Así, va aquí la perogullada de esta edición: los suburbios penden de las urbes.
Más que Guanajuato, San Miguel o Celaya, Querétaro es el suburbio por excelencia. La ciudad se formó como un suburbio de ciudad Satélite, que era a su vez un suburbio del DF. Cuando Querétaro dejó de ser suburbio, se inventó los propios: Álamos, la Cimatario. Y cuando estas colonias dejaron de ser suburbios, es decir, cuando se convirtieron en colonias citadinas, los chilangos fundaron Jurica, «el suburbio ejemplar».
Los queretanos se empeñaron tanto en huir de la ciudad, que terminaron queriéndose regresar al centro, por eso está ahora tan de moda su centro histórico. Renegar es negar dos veces, y la doble negación termina siempre en afirmación. Así pues, y siguiendo con Querétaro como caso ejemplar, ¿el centro se ha convertido en el suburbio de Jurica?
Uso de suelo: homogéneo: casas, casas y más casas. Entre las casas, áreas verdes. Y a la entrada del suburbio, si acaso, un mini-súper. |
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Uso de suelo: variopinto: hay casas, departamentos, comercios, industrias ligeras, escuelas, bares, hospitales, oficinas. |
¿Buscas casa?: Sólo puedes elegir de lo que queda, y lo que queda son «estas ruinas que ves», como diría Ibargüengoitia o el asesor inmobiliario en turno. |
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¿Buscas casa?: Hay muchísimas opciones. Bueno, en teoría, porque todas las casas salen del mismo molde. Pero eso sí: tú eliges el tamaño, la zona y el tipo de crédito. |
Sensación: de vivir en un lugar que lleva habitado cientos o miles de años; ser parte de una tradición. |
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Sensación: de ser el primer habitante de ese espacio que eternamente fue campo hasta que tú llegaste. |
Vecinos: si te toca un humano, tienes suerte; en el centro normalmente lo que tienes enfrente es un comercio o una oficina de gobierno. |
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Vecinos: montones de vecinos con una casa –y una vida, y una esposa– muy similar a la tuya. (The esposa is always greener on the other side.) |
La bebida: cerveza, mezcal o lo que quede. |
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La bebida: mimosas, cocteles similares y biberones. |
La cruda: tour de garnachas y remedios varios. |
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La cruda: colapso total en la terraza o alberca. |
El caminante: puede caminar a todos lados. |
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El caminante: inexistente o frustrado: necesita un auto. |
Límite de velocidad: 5 km/h, pues hay un tráfico infame. |
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Límite de velocidad: 5 km/h, pues hay niños jugando. |
Ruido de fondo: las campanas del templo, sirenas y, nuestro favorito, el canto del afilador. |
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Ruido de fondo: el silencio (a veces se escucha, por allá a lo lejos, a un perro aullar. |
El hombre: o un burócrata gris y kafkiano o un hipster cualquiera. |
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El hombre: el mismo burócrata o el mismo hipster, pero 10 años después. |
La mujer: la mozuela que decide independizarse de sus padres (¡anda desatada!). |
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La mujer: la dama que decide, a escondidas, probar las mieles del vecino (¡anda desatada!). |
El cliché: tribus urbanas arrejuntadas y en bicicleta. |
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El cliché: Betty Crocker región 4 o Kevin Arnold. |
Representa: la vida urbana al máximo; distintos puntos de vista en un espacio reducido. |
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Representa: un estilo de vida tranquilo y reposado; un escape del ajetreo citadino. |