Gaba fue a Pozos hace dos o tres sábados. Fue con su novio y, para hacer el cuento corto –porque el de Gaba, me parece, es un cuento largo– la pasaron bomba. Ahora Gaba me pregunta por otros lugares como Mineral de Pozos.
Y como no voy a salir con una cursilería estilo «si la pasaste bomba con tu novio en Pozos, es decir, si la pasaste a todo dar en un lugar donde hay pura ruina, entonces, me parece, la puedes pasar bien donde sea, incluso en un cuarto con cuatro paredes blancas. Es más, Gaba, no vayas a ningún lado y cásate ya con él». Como no voy a salir con una cursilería de ese tamaño, les decía, me limitaré a recomendar algunos pueblos mineros que se podrían parecer a Mineral de Pozos.
Para los que no conozcan, Mineral de Pozos está como 10 kilómetros antes de llegar a San Luis de la Paz. Durante los siglos XVII y XVIII Pozos era uno de los pueblos mineros más importantes de México: era rico, próspero. Vivía tal esplendor que durante el gobierno de Porfirio Díaz llegó a tener una población de 80 mil habitantes, incluyendo inmigrantes de diversas parte de Europa y Estados Unidos. Hoy (lunes), cien años después, es un pueblo desolado con menos de cuatro mil personas. En Pozos sólo queda el recuerdo, la añoranza, la nostalgia. Ese es el atractivo: el desolado misterio, el apacible descanso (en hoteles boutique como Casa Montana).
Ahora bien, ¿qué pueblo se podrá parecer a Pozos?
A unos cuantos kilómetros de Pachuca, en el llamado Corredor de la Montaña, se encuentra Real del Monte. Y algunas cuantas curvas más allá, después de Omitlán y Ocotillos, está Huasca de Ocampo.
Real del Monte, aka Mineral del Monte, es un pueblo minero que está a 2,700 msnm; las minas de ahí son completamente distintas de las de Pozos: ahí están entre frondosos bosques de pino y oyamel. Un atractivo curioso es el «Panteón inglés»: puras tumbas de ingleses viendo hacia Inglaterra (en un verso de La dicha, Borges decía: «El que mira el mar ve a Inglaterra»; pues el inglés que se muera en Real del Monte también). Y otro dato curioso que trajeron los mismos ingleses: dicen que ahí se jugó el primer partido de futbol en México (la curiosa historia del juego del monte que devino en chícharo).
Huasca es otro pueblo minero. Además del bosque que lo rodea, hay algunas haciendas lindas, como la mítica San Miguel Regla y la hacienda de Santa María Regla.
Aquí y acá las pueblerinas páginas web.
Ahí por Maravatío y los santuarios de las mariposas monarcas está el lindo pueblo de Tlalpujahua. Fue también un boyante pueblo minero, pero, con permiso de las minas, lo esplendoroso del lugar es el Santuario de Nuestra Señora del Carmen.
Huasca, Real del Monte y Tlalpujahua son pueblos más parecidos a Bernal que a Pozos; son pueblos pequeños y lindos, pero no en ruinas, no pueblos fantasma, como les dicen.
En San Luis Potosí hay dos pueblos que sí son bastante fantasmas, sobre todo el primero: Cerro de San Pedro. Real de Catorce es ya muy turístico (en lo que se convertirá Pozos en unos cinco años).
Te dejo aquí un artículo bastante completo de Cerro de San Pedro. Con Real de Catorce no creo que haya mucho problema; en Google es bastante popular.
Por último, Gaba, aunque no tenga casi nada que ver con minas, quizá te interese este artículo sobre cabañas boscosas.
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