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Sada y el bombón –el camino recorrido

El 30 de noviembre de 2010 salió el primer número de Sada y el bombón. Para hoy (miércoles), llevamos ya cuatro ediciones, 20 mil ejemplares, 100 posts con más de 150 comentarios, casi 500 tuíts, 24 mil lectores web, más o menos 60 mil lectores en papel y 126 correos electrónicos recibidos y respondidos.

Mientras tanto, las personas que hacemos la revista hicimos algunos viajes, vimos algunas películas, leímos, discutimos, descubrimos algunas joyas, tomamos muchos vinos, algunas caipirinhas, a veces demasiadas cervezas y mucho café. Aquí el recuento de cada uno de nosotros, pistas de lo que podrían ser las influencias de la revista:
 

Begogo

Leí mucho, sobre todo a mujeres. Algunos: Just Kids, de Patti Smith; Biografía del Hambre, de Amélie Nothomb. Vi algunas películas; las favoritas: Days of Heaven, El peleador y el redescubrimiento de Persépolis. Me quedé esperando Blue Valentine. Fui a algunos conciertos; el mejor: Kashmir. Hice un trato para salir por lo menos una vez al mes. Fui a Oaxaca. Descubrí a Jens Lekman. Me regalaron un libro muy lindo: Utolands. Y probé la guanábana por primera vez.
 

Denisse

El mejor concierto al que fui fue The Flaming Lips, y por 70 pesos, y los vi a escasos cuatro metros: lo mejor. Fui a la playa dos veces, al Pacífico. Una era una playa de rocas, el sonido era impresionante. Leí e investigué mucho sobre el tema del agua, sigo en ese tema. Vi la trilogía de las películas de Millennium, debo confesar que me traumé por un rato. Hice de nuevo el catalogo del FICG y por primera vez fui al festival; no vi todas las películas que quería ver, pero vi bastantes y me fui de fiesta; me gustó mucho Post mortem, me sorprendió esta película chilena. Me compré una silla Acapulco y me la traje desde allá. Me metí a un curso de semiología. Hice buenos amigos en mi clase de pintura, salimos a rockear de vez en cuando y hasta expusimos dos veces.
 

Mau

Pues si me voy en ese mismo orden, fui a ver a U2 por primera vez: en el Azteca, lleno al 120%, contando la gente de cancha. Algunos otros conciertos: Pila Seca y Nortec. Al fin conocí Holbox, después de cuatro intentos fallidos. Corrí cuatro carreras de 10K y en cada una bajé 20 segundos, pero en la última le baje más de minuto y medio: 49.22 min. Corrí también dos de 5K. Mi tiempo récord es de 21.35 min. Descubrí que el sistema de los teléfonos Android es mejor que el del iPhone. Tomé un curso de manejo de energía. Retomé la escalada en roca (lo que bien se aprende no se olvida). Puse un huerto en mi casa y logré mantener el pasto verde. Compre un iPad (que no uso yo).
 

Luis

Entre los recientes libros que leí está Temporada de caza para el león negro, de Tryno Maldonado, La muerte me da, de Cristina Rivera Garza y algunos de Daniel Sada. Recientemente me culpo a mí mismo de no haber leído antes Los cuadernos de don Rigoberto, de Vargas Llosa. Las mejores películas que he visto en este tiempo deben ser Black Swan y Les amours imaginaires, de Xavier Dolan (creo que recientemente estuvo en la Cineteca). De enero para acá escucho mucho lo nuevo de Lykke Li, iamamiwhoami y CocoRosie. Recientemente, lo nuevo de Beirut y el segundo disco de Bon Iver. En viajes, digamos que visité varias veces Guanajuato, San Miguel y demás: la zona centro del bombón. También fui a Veracruz. Terminé mi sexto semestre de carrera y realicé con amigos la edición de uno que otro video.
 

Jacobo

Visité la alta California y también la baja. Algunas fotos de esos recorridos se han usado para ilustrar las páginas de la revista. Fui con Héctor al Aleph y hablamos de cómo las revistas en Estados Unidos tienden a desaparecer, y, en México, a aparecer. Descubrí la revista Apartamento (me suscribí antes de llegar a la mitad del ejemplar). Llevé a cabo un ejercicio para mostrar la cultura urbana del centro de México a través de los extranjeros que viven aquí. La mejor película que vi fue El pagador de promesas, y me di cuenta que desde 1962, en el Brasil tropical, surgía una primera idea de Twitter (diarios matutinos, diarios vespertinos, comunicación de boca en boca). Lalo me regaló un libro totalmente envidiable, impreso en el Taller Martín Pescador, que me hizo reflexionar profundamente —de nuevo— en los procesos de producción editorial. Hablé mucho con Jorge Degetau (¡mucho!), de temas como la creación, el tono, el tema, la marca, la sorpresa, el usuario, el proceso de diseño…
 

El robot es tímido, así que me pidió que les comunicara lo siguiente: «Hola, yo soy el robot de Sé, taller de ideas. De diciembre a hoy ha pasado lo siguiente: di más de 50 regalos navideños (¡hasta una impresora!), se descompuso una computadora Apple nueva, le puse techo al estacionamiento de la oficina, compré tazas de colores, fui anfitrión de una fiesta brasileña y entrevisté a todos los de la oficina para mi blog!!!
 

Moritzono

Pues yo hice varios viajes cortos: fui a Cancún, a San Francisco, a Ensenada, Tijuana y San Diego. Conocí la región vitivinícola de Baja California, supe más de Hugo D’Acosta y conversé con Donald Miller. Fui padrino de primera comunión, sentí mucho las muertes de don Samuel y de don Ernesto, leí una quinta biografía de Simon Bolivar —la de William Ospina— y, lo más padre de todo, me operé de lo ojos y ya no uso lentes de contacto :)
 

Eduardo

Durante estos primeros números de la revista, de diciembre a hoy, pues, leí algunos libros, el mejor: La vida instrucciones de uso, de Perec (por no decir Lo demás es silencio, de Monterroso); escuché mucho The National y algo de Destroyer; la mejor película que vi, se me hace, fue la de El extraño caso de Angélica, del anciano más jovial que conozco: Manoel de Oliveira; di clases de literatura; fui a Houston sólo para ver la capilla de Rothko, y me hice de una pequeña Vespa.
 

¿Y tú?

Sirva todo esto como preámbulo para lanzar la siguiente pregunta: ¿qué hiciste tú, lector, durante este tiempo? ¿Cómo nos conociste, dónde nos leíste, qué celebraste, qué detestaste? Platica con nosotros, anda.
 


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